En un futuro muy cercano éste paisaje cambiará para siempre.
Se pretende soterrar las vías con tal de cerrar heridas en la ciudad. Curiosamente expresar ésta intención con éstas palabras sería impensable, delirante y cómico en cualquier ciudad Europea dónde impere el sentido común. En ellas no se avergüenzan de sus ferrocarriles ni especulan con soterramientos. Es el ejemplo perfecto de la frase de aquella ministra de cultura: El dinero público no es de nadie. Visto lo visto, ciudades como Köln o Zurich se desangrarán mientras aquí seguimos igual.
El veterano Camello 592-070 sirviendo un Cercanías a Buñol, partiendo de la Estación del Norte. A la zaga le sigue una UT447 con destino a Gandía.